-
-
-
Cerrar
- Iniciar sesión
- Crear cuenta
Con el objetivo de apoyar la docencia y los procesos de enseñanza aprendizaje, en 2004 se diseñó y construyó la Planta Piloto de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), gracias al esfuerzo y talento de directivos, académicos y trabajadores de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Parte de los resultados, metodologías y propósitos se comprenden en el libro Taller de procesos de tratamiento de agua de Abelardo González Aragón, Margarita Beltrán Villavicencio y Adán Oswaldo Pérez Alva, presentado en la 46 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
“La creación de esa planta tuvo como objetivo manejar el líquido residual que se genera en la misma sede académica, ofrecer capacitación en los cursos de Ingeniería Ambiental y generar investigación para que fuera un sitio con dimensiones reales para el tratamiento de agua y para las asignaturas”, explicó Beltrán Villavicencio.
Refirió que entre los objetivos del centro se encuentran la creación de una instalación demostrativa de las alternativas de tratamiento de agua residual, la integración de una unidad de purificación que permitiera experimentar con diferentes opciones, así como disponer de una instalación, con un diseño compacto y flexible, para generar líquido con calidad para su reúso.
“Se buscó disponer de instalaciones para que los alumnos pudieran tener el acercamiento a prácticas con agua real y no con vasos de precipitado; esto es todo un reto, porque vamos a tener líquido en diferentes horarios donde cambian sus características”, explicó.
Además, como parte de la labor de apoyo a la docencia, se implementó el Taller de Procesos de Tratamiento de Agua, un curso obligatorio para el Tronco Básico Profesional de la Licenciatura en Ingeniería Ambiental, dirigido a estudiantes como académicos para desarrollar los contenidos del programa.
Agregó que en este manual de trabajo experimental describe las operaciones que se llevan a cabo en los procesos de tratamiento, se determinan las condiciones de operación de los equipos involucrados en los procesos y se evalúan las variables que afectan en la operación de equipos y cómo influyen en los resultados.
En la obra se detallan las siete fases necesarias de tratamiento: el pretratamiento, la coagulación-floculación con reactivos químicos -sulfato de aluminio para desestabilizar los coloides y formar aglomerados-, la sedimentación con mamparas paralelas, la filtración para desinfección, la oxidación con ozono, la suavización química y la aireación.
El profesor Adán Oswaldo Pérez Alva añadió que el acercamiento a estos procesos ha resultado en una mayor experimentación para las y los estudiantes, quienes encuentran en la planta acceso a condiciones y problemas reales que no podrían experimentar en el aula.
“Ellos pueden observar lo que sucede en la instalación con condiciones reales muy particulares como las que se presentan en la Unidad Azcapotzalco, donde las variaciones en la carga orgánica representan todo un reto, ya que en los laboratorios pueden obtenerse ciertos resultados, pero los indicadores por usos y costumbres se van modificando cada hora y media”.
Explicó que, si bien es cierto que las aguas residuales con características como las que tiene esta sede académica requieren un proceso biológico, los métodos fisicoquímicos son una gran herramienta en la actualidad para tratar aguas jabonosas, grises, de casa habitación e industriales.