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La memoria juega un rol fundamental en la construcción de pertenencia en las metrópolis

La memoria juega un rol fundamental en la construcción de pertenencia en las metrópolis

El papel que juega la memoria en el sentido de pertenencia en metrópolis como la Ciudad de México, inserta en constantes cambios provocados por la urbanización acelerada, migraciones y especulación inmobiliaria, son algunos de los temas que se abordan en Memoria y políticas culturales. Procesos globales, conflictos locales, presentado en la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Guanajuato (FILUG).

Adriana Aguayo Ayala y Rocío Ruiz Lagier, investigadoras del Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señalaron que la obra da cuenta de las intersecciones entre política pública y memoria, en relación con diversas identidades, procesos y territorios.

Adscritas a la Unidad Iztapalapa refirieron que, en urbes como la capital mexicana, Montevideo, Osaka, Murcia o Estambul, los autores y autoras analizan distintas miradas en torno a la construcción de la memoria, donde ésta cobra un papel relevante en tanto patrimonio tangible e intangible de diversos grupos sociales y comunidades locales, pero representa un elemento en disputa entre actores, provistos de un poder desigual tanto simbólico como social.

El interés de los once investigadores e investigadoras que participan en el volumen coordinado por ambas académicas, está en ir “un poco más allá de lo que generalmente se habla en América Latina sobre memoria”, que por lo general estuvo muy centrada en procesos de violencia y sucesos como las dictaduras del cono sur, entre otros.

“Nosotros quisimos dar un poco la vuelta y pensar estos temas desde otro eje” que radica en el papel que juega la memoria en la construcción del sentido de pertenencia en ciudades como la de México, que está inserta en constantes cambios provocados por la urbanización neoliberal que da lugar a procesos como la segregación espacial, la gentrificación, los megaproyectos o la especulación inmobiliaria.

“Si pensamos que la memoria se crea a partir del espacio, el tiempo y el lenguaje, pero estos marcos sociales se modifican, también se transforma la memoria”.

Todo ello “nos lleva a cuestionar cuáles son las condiciones actuales que ofrece la ciudad para que sus habitantes construyan y reconstruyan los procesos de pertenencia y qué papel juega la memoria”.

En ese sentido, los trabajos perfilan tres líneas de trabajo principales: los lugares de la memoria, las memorias en conflicto y las memorias en movimiento.

En los lugares se construyen memorias específicas, mismas que están siempre ligadas a un espacio concreto como un pueblo, un barrio, una colonia, en ellos se resalta la identidad, el arraigo territorial y las prácticas culturales propias; en tanto, en contextos tan convulsos como los que se viven actualmente en la metrópoli, se desarrollaron proyectos vinculados a la resistencia o el desarraigo, entre otros.

En torno a las memorias en conflictos “observamos cómo, si bien hay una memoria ligada a un espacio en específico, al interior de un pueblo o una colonia no todas las memorias coinciden porque están atravesadas por la cuestión de quiénes son las personas que viven ahí; es decir, se pudieron estudiar diferentes experiencias que dependían de situaciones diversas; por ejemplo, si se es originario de ese lugar o si lo habitaron posteriormente o incluso que podían existir diferentes percepciones mediadas por la edad o el género”.

En cuanto a las memorias en movimiento, “se estableció que estas estaban vinculadas algunas veces con procesos migratorios o a desplazamientos urbanos provocados por la gentrificación, pero también tenían que ver con recordar procesos urbanos en los que se enfatizaba la permanencia de la población en un periodo muy amplio o por las transformaciones de ese territorio debido al mejoramiento urbano y, por tanto, estas memorias destacan tanto el plano espacial como el temporal”.

Ruiz Lagier recordó que al participar en una mesa temática sobre políticas culturales de la memoria en un foro mundial de antropología y etnología externó que “la memoria social ha jugado un papel primordial en la concepción de imaginarios y símbolos colectivos en cualquier sociedad”.

Por tanto, resulta interesante poner a debate la existencia de políticas culturales en las que la memoria es el eje, así como la necesidad de discutir sobre la implementación, el diseño, la gestión de dichas políticas en las ciudades, con el fin de ampliar el alcance de la memoria como patrimonio colectivo.

En esa medida, “uno de los objetivos centrales de Memoria y políticas culturales. Procesos globales, conflictos locales fue reflexionar sobre el alcance de la intervención estatal en ciertas políticas culturales, en donde la memoria ha sido eje en nuestro país y analizar acciones y programas de políticas públicas de la memoria”, concluyó.