Navegación

Manifestaciones patrimoniales, formas de representación cultural

Manifestaciones patrimoniales, formas de representación cultural

El patrimonio es una construcción social que establece vínculos entre la historia, el arte, las tradiciones, los entornos naturales o transformados y, por supuesto, las personas, afirmó Francisco Javier Soria López, rector de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Todo lo que la humanidad ha sido capaz de crear para habitar el territorio a lo largo de su existencia constituye un acervo de orden cultural que ha generado un enorme patrimonio, que va de la mano del reconocimiento de las bondades, riqueza y existencia de fenómenos biológicos, físicos y químicos del entorno natural que hacen posible nuestra existencia; de ahí la necesidad de procurar mantener este espacio en condiciones cada vez más sustentables.

Al presentar el libro Patrimonio Inmobiliario y territorio: conservación y uso social en la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Guanajuato (FILUG), sostuvo que en esa medida resulta relevante comprender e interpretar las distintas manifestaciones patrimoniales, en diferentes épocas, como formas de representación cultural y, por tanto, de la valoración, conservación y salvaguarda integral del patrimonio natural y cultural.

Tras señalar que esta ha sido una de las líneas de trabajo en la Unidad Xochimilco, detalló que el estudio de este conjunto de bienes se ha caracterizado por el análisis y la reflexión crítica de los componentes y manifestaciones, históricas, culturales, artísticas y ambientales en el tiempo y en el territorio.

El doctor en Proyectos Arquitectónicos explicó que el patrimonio se entiende en buena medida como aquel que está constituido por bienes fijos asentados en un lugar determinado y que incluye una enorme diversidad de aquellos reconocidos como tales, desde la arquitectura, la infraestructura, equipos urbanos, las ciudades, además de las áreas naturales, los litorales, los cuerpos de agua, los ríos, los bosques, etcétera, que forman parte integral del territorio y, por lo tanto, de los bienes y recursos nacionales, en el caso de México.

Añadió que una de las principales aportaciones contenidas en el libro tiene que ver con la necesidad de hacer conciencia sobre lo valioso que son los bienes patrimoniales, porque “nos dan identidad, nos permiten reconocer nuestro pasado y presente, para seguir enriqueciendo nuestro legado y generar proyectos de futuros sustentables”.

Destacó que la obra aborda, entre otros, los procesos de valoración de bienes arqueológicos, ferrocarrileros, funerarios y urbanos, y cómo pueden ser utilizados en beneficio de la sociedad, lo que resulta fundamental, pues justamente el uso social refiere a la conservación, dado que “es esta apropiación por parte de la sociedad, lo que puede garantizar en el largo plazo su conservación”.

Subrayó que son los distintos grupos sociales, comunidades o personas quienes se apropiaron en el presente de esos espacios y no solo los incorporan a sus actividades de orden funcional, económico e incluso ideológico, sino también son muchas veces la parte viva, espiritual e intangible íntimamente ligada a la materialidad del patrimonio inmobiliario.

Por su parte, Francisco Haroldo Alfaro Salazar, director de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de misma sede universitaria, refirió que las Cartas de Venecia y de Atenas son dos documentos que “a partir de su concepción de época (1931 y 1961), son el basamento para la valoración, protección y salvaguarda del patrimonio edificado y el reconocimiento de la cultura como configuradora”.

Lo anterior aplica, por ejemplo, para el Antiguo Patio del Hospicio de la Santísima Trinidad, emblema de la Universidad de Guanajuato, donde tiene lugar la FILUG, pues se trata de “un edificio de valor patrimonial para la ciudad y para la propia universidad”.

El maestro en restauración arquitectónica explicó que el libro conjuga la obra de 20 especialistas en diferentes áreas que representan a las tres divisiones académicas de la Unidad Xochimilco, los cuales hacen una reflexión crítica sobre el patrimonio inmueble en el país, proponen aproximaciones, debate y discusión en los ámbitos conceptuales, históricos y culturales sobre las consideraciones del patrimonio y su diversidad.

Destacó que si hay algo que enfatiza y reúne acuerdos tácitos en la obra es el carácter de disfrute y uso del patrimonio cultural y natural, desde una perspectiva social de sentido público.

“Este hecho cultural se mueve entre las distintas dinámicas sociales, la construcción de políticas públicas, la inversión económica y la gestión que sobre los bienes patrimoniales se proponen”, finalizó.