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Los videojuegos han transitado de ser simples adaptaciones a convertirse en sistemas transmediales que desafían las barreras entre el espectador pasivo y el jugador activo, dando paso a un nuevo paradigma de narración interactiva, coincidieron investigadoras de las universidades Autónoma Metropolitana (UAM) y de Guanajuato al presentar el libro Videojuegos y cinematografía editado por la Casa abierta al tiempo.
Dado a conocer en el marco de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Guanajuato (FILUG), el volumen reúne los trabajos de once expertos en investigación académica y en producción en medios digitales, quienes, según la reseña en contraportada, abordan desde la construcción del espacio del juego hasta la adaptación cinematográfica de universos narrativos.
La doctora Blanca López Pérez, del Departamento de Investigación y Conocimiento para el Diseño de la Unidad Azcapotzalco, expuso que el objetivo de este trabajo fue discutir la relación entre estos dos medios y cómo se han fusionado, retroalimentado e incluso conflictuado.
El estudio de esta relación en México tiene una ventaja ya que en otros países, incluidos de primer mundo como Estados Unidos o Canadá, el tema suele abordarse desde la industria, por un lado, y, desde la academia, por otro, pero en nuestro país la mayoría de quienes desarrollan videojuegos también se dedican a la docencia “y eso representa un plus”.
Mauricio Rangel Jiménez, colega de la misma sede universitaria, señaló en entrevista que es muy importante analizar ambos lenguajes por separado, en el sentido de que el cine, por ejemplo, “es una forma de entender la vida si se considera que los seres humanos somos seres narrativos incluso para comer, pues en ese acto hay un principio, un desarrollo, un clímax y un desenlace, y el séptimo arte es justamente esa representación de la vida.
En tanto, el juego es una actividad inherente a todo ser vivo y basta ver a cachorros de diferentes especies como gatos y perros que están acostumbrados a jugar y a veces hasta requieren del juego como entrenamiento para la vida.
Lo mismo sucede con los seres humanos, pues ya sea en un juego de mesa o un videojuego, el usuario aprende a seguir determinadas reglas y patrones, incluso “a tener una mejor relación mano-ojo, y todo eso es muy importante para entender cómo funciona y cómo podemos explotarlo para nuestro beneficio”.
Los dos lenguajes tienen elementos que se conjugan desde la narrativa; y es que actualmente los juegos de video son muy narrativos y se apegan totalmente al tipo de narración del cine, sobre todo porque los dos surgen de la pantalla “y entonces requerimos de la parte visual y de la narrativa gráfica para entender cómo se conectan”.
Algunos podrían considerarse que no son tan narrativos, aunque cinematográficamente han tenido relación con el cine, como en el caso del Pac-man, que consiste solo en comer bolitas, pero cinematográficamente también ha tenido repercusiones desde la perspectiva narrativa, e incluso “en relación con cómo se juega, ya que ahora hay lenguajes ‘videolúdicos’, que implican el acostumbrarnos a nuevas formas de hacer cine y nuevas formas de hacer videojuegos”.
Recordó que este tipo de entretenimiento surge en un momento en el cual es muy importante la interactividad, y esto es importante porque implica que los medios no deben ser más “el medio frío que nos manda algo y nosotros solo somos receptores pasivos”.
Esto es más latente en los videojuegos, donde incluso “vivimos la historia mediante el cuerpo porque necesitamos agarrar el control; es decir, todos nuestros sentidos están involucrados, menos el olfato, pero ya pronto este sentido quedará involucrado”.
Dijo que el hilo conductor que comparten estos trabajos es la búsqueda por entender cómo los dos medios hoy se desarrollan de la mano en muchos sentidos, e incluso hay historias de cine que no son tan relacionadas con elementos del videojuego y sin embargo “absorben muchas de las técnicas del videojuego”.
En la presentación de Videojuegos y cinematografía estuvieron también Edgar Meritano Corrales, investigador de la unidad Azcapotzalco de esta casa de estudios, y Alejandro Montes Santamaría, profesor de Diseño Gráfico de la institución guanajuatense.